domingo, 22 de enero de 2017

UNDER THE SEA

  El niño muerto espera sentado en el fondo del mar.
  Hace mucho tiempo que vive allá abajo y apenas recuerda cómo llegó hasta allí. Sólo algunas imágenes quedaron grabadas en lo que, un día, fue su cerebro.
  Recuerda estar en los brazos de su madre observando la plateada  estela que el barco iba dejando mientras se alejaba del puerto.
  —¿Cómo se llama este agua tan grande, mami?
  –Es el mar Mediterráneo, mi amor. Su nombre significa el mar entre tierras. En la antiguedad, la única manera que tenían los diferentes pueblos para poder conocerse unos a otros era navegarlo. No existían aviones como ahora.
  —Es muy hermoso.
  —Sí, sí que lo es.
  Recuerda también a su hermano persiguiéndole por la cubierta. “Era un juego, creo”.
  Después las imágenes se mezclan y todo se vuelve confuso. “Ya no tiene importancia, no merece la pena llorar en el fondo del mar”, piensa mientras intenta sacarse de la cabeza unos cangrejos que han buscado refugio en su cráneo.
  El niño muerto espera pacientemente.
  Ha pasado la mañana limpiando el combustible, los plásticos y toda la porquería que los vivos nos empeñamos en regalarle al mar. Ha dejado el fondo marino que se puede comer sopas en él.
  Le gusta tenerlo todo preparado para recibirles. No sabe cual es el motivo, sólo sabe que cada vez ocurre con más frecuencia. 
  Los gritos le anuncian que están a punto de llegar.
  Mira hacia el cielo y la espera termina.
  Todos los días llueven niños nuevos con los que poder jugar.

The Nuevo.





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