lunes, 2 de enero de 2017

HAPPY BIRTHDAY, DEAD CHILDREN!

Mi hermana y yo morimos el mismo día, en el mismo instante. Supongo que desde que nacimos compartiendo parte del cerebro estábamos destinados a hacerlo todo juntos.

Mi hermano y yo estamos muy unidos, literalmente. No sólo por compartir cuerpo sino también porque nos queremos mucho. Nuestros padres nos contaron que cuando éramos bebés y los cirujanos intentaron separarnos, nosotros nos abrazamos con tanta fuerza que no hubo manera de realizar la operación.

Mi hermana no es sólo mi hermana, es también mi mejor amiga. Sólo a ella le cuento mis secretos más profundos. Por ejemplo, sólo ella sabe que estoy enamorado de Juan Padilla, un chico de 6º B. A ella también le gusta, así que creo que la cosa podria funcionar.

Mi hermano, a veces, es un poco bobo. Piensa que no sé cual es la sorpresa que me ha preparado para mi cumpleaños. Él, en cambio, no tiene ni idea de lo que yo le voy a regalar. Me gusta chincharle diciéndole que las chicas nos cansamos más que los chicos porque nosotras utilizamos el cerebro durante todo el día.

He dicho que mi hermana yo morimos en el mismo instante y así fue. Cuando se atragantó con un trozo de la tarta que le habia hecho para celebrar nuestro decimosegundo cumpleaños y no fui capaz de hacer nada para salvarla, yo me sentí morir también.

La cogí entre mis brazos. Mientras me acercaba al balcón, le fuí acariciando el cabello. A ella le encantaba cuando se lo hacía. La besé en la mejilla y me arrojé al vacío. Al fin y al cabo, el vacio ya se había instalado en mi interior.


El impacto hizo que nuestros cuerpos se separasen. Ya no importa. Separados, juntos, hermanos... para siempre.

The Nuevo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario